miércoles, 17 de julio de 2013

Los pueblos pequeños son el futuro

Excelente post  de Gustavo Duch en el que me siento muy identificado y del que replico el primer párrafo, gracias a la referencia de JJG.... este es el fruto del conocimiento en red!!

Nací urbanita, crecí globalizado y me formé productivista. Nací en la ciudad y solo los veranos me acercaban al pueblo de los abuelos. Como decía la televisión, mis vacaciones transcurrían en un lugar antiguo y desfasado. Al crecer fui globalizado por una fuerza aspiradora invisible; la cultura de los EEUU a lomos del caballo de John  Wayne ganó todas las batallas y acaparó todos los terrenos de la vida. Los años de la universidad colmaron  mi mente con sustancias abrasivas  como productivismo, efectividad y competitividad. Con este bagaje, la crisis instalada en Europa se presenta como el desmoronamiento de estos mitos; de sopetón y sin vuelta atrás. Los cowboys eran una fabulosa farsa.

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Extraigo también aquí un comentario a este artículo firmado por Fernando Orosa Alvarez, me parece un buen resumen de la huida hacia adelante del sistema, engordando la deuda a un punto sin retorno.

El modelo capitalista salvaje, tatcheriano, reaganiano, friedmaniano, neoliberal, o también conocido como ” si eres tonto, problema tuyo”, muere de éxito, sin contrapesos, se impuso el pensamiento único, el dios mercado se fue de vacaciones, cuando los oligopolios imponen precios a lo que compran y venden. No es el fin de un ciclo más, es el fin. Los ciclos son simplemente períodos de expansión y contracción de la economía. Los de expansión se producen con “dinero barato”, para incentivar el consumo. El dinero circulante nunca es suficiente para pagar deudas anteriores debido a los intereses, los bancos no prestan su dinero, lo”fabrican” con nuestras deudas, contabilizándolas como “activos”. Podemos afirmar que “el dinero es deuda”, completamente virtual, y con el 5% de la masa monetaria “respaldada” en papeles de colores, el resto son números anotados en ordenadores, y con el mundo debiéndose a si mismo 5 veces su PIB, ( tener el privilegio de fabricar dinero es muy goloso). Podemos decir que es el fin del ridículo crecimiento infinito.
No creo equivocarme al decir que es el fin, y esto se soluciona únicamente con soberanía, alimentaria, de la información, de los pueblos, colaborando y no compitiendo.
Perdón por el testamento amigos, pero estoy hasta las narices de escuchar, que “hasta que no fluya el crédito, no….” El homoempufabilis está en vías de extinción, por ahí no, no, no y no más cadenas. Rompámoslas con la cooperación, la autosuficiencia y soberanía alimentaria en primer lugar.


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